TRASFONDO
Por Julio Zenón Flores
La resolución del INE dada a conocer ayer en el sentido de
que la campaña del candidato Héctor Astudillo Flores, ganador de la elección de
gobernador, se apegó a la legalidad, desechando así la impugnación que hacían
tanto el PRD como Morena, acusando que se había rebasado el tope establecido
por las autoridades electorales, prácticamente arranca la carrera de la
bufalada por los puestos en el gabinete del PRI, partido que regresa al poder
tras diez años de ayuno.
Ayer mismo el estado de Guerrero le dio una probadita del
estado que va a recibir y que va a tener que gobernar y gobernar bien, para lo
cual cuenta además con muy poco tiempo.
El brioso corcel con que se ha comparado a la entidad guerrerense
se vio ayer desbocado y sin autoridad que le pudiera llevar las riendas, pues
mientras el gobernador sustituto, Rogelio Ortega Martínez saboreaba un rico y
dulce pastel acompañando al presidente de la República, Enrique Peña Nieto, en
la región de la Montaña, el amargo sabor de la ingobernabilidad se mostraba con
un paro de policías en diversas regiones, una verdadera zacapela en
Chilpancingo, entre transportistas de la Costeg contra la CETIG y llevándose
entre las patas a la CETEG, con al menos 10 heridos; en Costa Grande los maestros acordaban que no
regresarán a clases en el inicio del próximo ciclo escolar y en Acapulco,
además de protestas diversas, un ex precandidato del PRD y ex funcionario
municipal del gobierno de Luis Walton y gente cercana al próximo alcalde Evodio
Velázquez, era asesinado.
Ese es el estado que debe gobernar Astudillo a partir del 27
de octubre y su gabinete debe ser uno que responda a esos retos en poco tiempo,
apenas un año y medio, pues ya en el 2017 empezarán las campañas para elegir al
nuevo presidente de la República en el 2018, además de diputados federales,
diputados locales, senadores y ayuntamientos, donde por tradición, los
candidatos nacionales de la izquierda, como Andrés Manuel López Obrador, o
según se perfila Miguel Ángel Mancera, jalan hacia arriba la votación en
estados como Guerrero.
Junto al poco tiempo para dar resultados, el gobernador
electo tiene en realidad pocos cartuchos de peso, ya que le rodean en esencia
los viejos fordcitos que son buenos para ganar elecciones, pero que están fuera
de forma para asumir tareas ejecutivas en un gabinete con estos retos, en donde
las jornadas serán de 25 horas diarias y de mucha aplicación de la ciencia
política y la conciliación, pues de otro modo no se podrá gobernar, pero que
además de energía, fuerza, dinamismo y capacidad política, requiere de una
visión moderna, acorde a los nuevos tiempos, en que la transparencia es
obligatoria y no se puede ni siquiera soñar en que como antaño se va a llegar a
robar o a imponer, ni gente ni políticas, error garrafal que llevó al abismo al
ex gobernador Ángel Aguirre, en bien poquitos días.
Son realmente contados con los dedos de las manos los
personajes con perfil para hacer un buen gobierno acorde a la época y las
necesidades actuales, para que el 2018 no se le revierta al PRI el resultado y
termine perdiendo las diputaciones y alcaldías que había ganado ¿Y el resto, de
dónde van a salir?
Lo que procede este sentido, es un gobierno de consenso,
plural, que sume, para evitar que sus ex adversarios del PRD o de Morena o del
PT, se sumen a los ya beligerantes CETEG, CETIG, MPG, entre otros grupos, ya
que como se sabe éstos han salido malos para gobernar, pero buenos para ser
oposición.
Tendría Héctor Astudillo que evaluar tanto personas como
proyectos, para rescatar lo que se pueda rescatar, del actual gobierno, así de
los cuadros de otros partidos, para hacer un gobierno de consenso, con gente
capaz de dar buenos resultados, para que el triunfo priista no sea una
golondrina que no haga verano.
www.facebook.com/juliozflores
***Responsable del BLOG: Julio Zenón Flores. Periodista, escritor, marketer digital y maestrante en ciencia política. Premio estatal de periodismo y premio estatal de periodismo legislativo. www.facebook.com/juliozflores
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