TRASFONDO
Por Julio Zenón Flores Salgado
Las elecciones concurrentes en Guerrero del pasado 7 de
junio constituyeron un evento cismático, realizado tras otro evento
traumatizante: la desaparición de 43 estudiantes de la normal rural de
Ayotzinapa, lo cual a su vez permitió destapar otras cloacas, entre ellas,
cientos de fosas clandestinas que dan cuenta de sendos asesinatos impunes, en
un estado donde no pasaba nada y todo estaba bajo descontrol.
Por supuesto que su realización tenía que forzar un
reacomodo de las fuerzas políticas. Por un lado, se pudo medir la dimensión
real de aquellos que llamaban a no efectuar elecciones y a optar por otras
formas de cambiar el gobierno, de aquellos que buscaban, partiendo del justo
dolor de los deudos y familiares de muertos y desaparecidos, destruir el
sistema actual de partidos.
Tras las elecciones, con una participación que rebasó,
aunque ligeramente, el 50 por ciento del padrón, los primeros derrotados fueron
los antisistémicos, que creían que la revolución estaba a la vuelta de la
esquina y sólo bastaba empujar un poco y estaban dispuestos a armarse para
ello. Entre ellos se dieron rupturas importantes que los pulverizaron: Los
comunitarios se enfrascaron en una dura guerra interna que deja ya varios
muertos y otros presos, los de la CETEG terminaron fracturados y los
normalistas al menos en dos frentes.
En medio del proceso electoral, las fuerzas internas de los
sistémicos, también se fueron decantando.
En la izquierda el partido Movimiento Ciudadano mostró el
verdadero rostro intolerante de su líder estatal Luis Walton y se aislaron,
ayudando de esa manera al regreso del PRI, el PT mostró su falta de capacidad
de actuación independiente y su ser real como rémora de otros que le den
oxígeno para sobrevivir, Morena se vio débil y todos cuantos le veían un gran
futuro se ubicaron en un modesto sitio sin posibilidades de competir realmente
por el poder.
En el PRD las tres principales corrientes se cimbraron. IPG
prácticamente desapareció del mapa, NI se vio fortalecida y Grupo Guerrero,
salió fracturado. De los otros tres agrupamientos que le siguen en presencia a
los primeros tres, el Movimiento Jaguar perdió presencia hasta casi
desaparecer, Nueva Mayoría se fortaleció y la UIG se vio disminuida.
En el PRI, por su parte, el figueroismo es el gran perdedor
de la elección, el renejuárismo, aunque jugó un papel importante su escasez de
cuadros le imposibilita aprovechar el triunfo de Héctor Astudillo, en tanto que
el principal beneficiado de los resultados es el añorvismo, que se fortaleció
en todo el estado, pero principalmente demostró su fuerza en Acapulco, aún
teniendo en contra a la élite Figueroa, que jugó con los contrarios al tricolor.
Luego de este rápido recuento de los daños, debemos decir
que la clase política de aquí para adelante, ya no es ni puede ser la misma.
Para empezar los figueroistas que tiene decenas de años
dominando la política, no sólo del PRI, empiezan a pasar a la historia y los
cuadros destacados que son más cercanos al clan, como Héctor Vicario Castrejón,
Cuauhtémoc Salgado Romero y Fermín Alvarado Arroyo, se ven obligados a buscar
su propio crecimiento, con nuevos aliados y con una nueva visión de la
política, donde la postura caciquil vieja ya no sirve y en donde ellos pueden
ser quienes se consoliden como nuevos líderes de grupo.
Los Aguirre Rivero, que eran el otro grupo caciquil de
Guerrero, también queda prácticamente fuera de combate el camino les queda
libre a algunos que fueran sus cuadros más cercanos, pero que ya no pueden
obedecer por entero al aguirrismo y deben buscar por lo tanto sus propios
aliados, tanto en el PRI como en el PRD. Es el caso de Silvia Romero, Sofío
Ramírez, Jorge Salgado Parra y hasta el alcalde de Chilpancingo Mario Moreno Arcos.
De esa manera quienes aparecen como los que podrían ser los
nuevos liderazgos en Guerrero (con quienes habrá de tratar el gobernador Héctor
Astudillo), además de Manuel Añorve Baños, que se fortaleció, son Cuauhtémoc
Salgado, Héctor Vicario, Fermín Alvarado, Alicia Zamora, Evodio Velázquez,
Celestino Cesáreo, Ernesto Fidel González, Ricardo Mejía Berdeja (quien podría
desplazar al perdedor Luis Walton en MC), Sebastián de la Rosa, Silvia Romero y
Mario Moreno Arcos, desplazando a los viejos liderazgos de Rubén Figueroa, Ángel
Aguirre, René Juárez, David Jiménez, Armando Ríos Piter y Lázaro Mazón.
Aunque los primeros hayan crecido a la sombra de los
segundos, su visión de la política no es la misma y con ellos se puede dar otro
rostro al estado de Guerrero.
www.facebook.com/juliozflores***Responsable del BLOG: Julio Zenón Flores. Periodista, escritor, marketer digital y maestrante en ciencia política. Premio estatal de periodismo y premio estatal de periodismo legislativo. www.facebook.com/juliozflores
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